Cuando hablamos de tipos de poda de arbolado podemos distinguir dos grandes clasificaciones: Podas de formación de los árboles jóvenes y podas de arbolado adulto.
PODAS DE FORMACIÓN DE LOS ÁRBOLES JÓVENES
Es fundamental realizar una adecuada poda de formación de los árboles jóvenes para no tener que realizar más tarde grandes cortes que difícilmente podrán cerrarse.
En general se pueden distinguir dos grandes grupos de árboles según los sistemas de poda de formación del tallo y de la estructura practicados: por un lado, el grupo de los árboles flechados (con un único tallo dominante o guía); y por el otro, el de los árboles con copa en cruz (con un tronco principal y a una cierta altura una cruz, a partir de la que parten les ramas principales).
- Poda de formación del tallo. Para los ejemplares jóvenes de la mayoría de especies y para la mayoría de situaciones, se mantendrá este único tallo dominante, el cual no deberá ser cortado. También se eliminarán o reducirán aquellas ramas secundarias que compitan con la guía o crezcan sobrepasándolo. De la misma manera, cuando se presente una horquilla (codominancia de ramas) se eliminará o reducirá la más débil o peor orientada. También se eliminarán o reducirán las ramas dañadas, que se rocen, etc.
- Poda de formación de la estructura. La formación de la estructura se realizará cuando el árbol es joven para establecer un tronco fuerte y con las ramas estructurales suficientemente robustas, convenientemente orientadas hacia el exterior en todas direcciones y adecuadamente espaciadas a lo largo del tronco, formando el futuro esqueleto del árbol adulto. En la poda de formación de la estructura se deberán eliminar las ramas estructuralmente débiles, procurando mantener el equilibrio radial del ramaje y la forma natural del árbol. En la poda de formación de la estructura se puede corregir la orientación de las ramas estructurales, para reorientar el porte natural del árbol hacia una forma artificial, que sea más adecuada a la situación del árbol.
- Poda de refaldado. En el caso de los árboles de calle o de zonas peatonales, se seguirá con el alzado de copa o refaldado iniciado en el vivero, eliminando progresivamente las ramas bajas de los árboles flechados, con guía central y ramaje lateral. En cada una de las operaciones de refaldado no se eliminarán más ramas que las estrictamente necesarias, y siempre de pequeño diámetro. En cada una de las operaciones la parte eliminada no superará un tercio de la altura de la copa.
- Poda de formación de seguridad para redes aéreas de servicios. En el caso de preexistencia de una red aérea de servicios de electricidad de baja tensión o de telefonía con cables no trenzados y cuando no se pueda efectuar el cambio a cables trenzados ni consensuar su desviación o soterramiento, la mejor solución es no plantar árboles debajo o plantar especies de crecimiento limitado en altura. No obstante, si se quisiera plantar árboles de mayor desarrollo, se efectuará una poda de formación de la estructura, abriéndola para permitir un gálibo interior de seguridad y, por ejemplo formar una copa por encima de los servicios o a ambos lados.
PODAS DE ÁRBOLES ADULTOS
Como podas básicas de mantenimiento están la poda de limpieza, en la que se realiza un saneamiento de ramas, y la de seguridad, en la que se eliminan ramas o partes de ramas que presentan riesgos o que molestan. La poda de limpieza es la que habitualmente se realiza y puede ser la única operación que en un determinado momento es haga a un árbol, pero además se realiza siempre que se lleve a cabo cualquiera otra poda. La poda de seguridad evidentemente también es básica, pero se realiza puntualmente si el árbol está bien gestionado.
- Poda de limpieza o de saneamiento. Consiste en la eliminación selectiva de una o más de las partes siguientes:
- Ramas muertas.
- Ramas agrietadas, rotas o moribundas.
- Ramas enfermas no recuperables.
- Ramas débiles o poco vigorosas.
- Ramas mal orientadas o que compiten por un mismo espacio.
- Ramas con codominancia o con corteza incluida.
- Ramas que se cruzan o rozan.
- Ramas débilmente unidas al tronco o a las ramas principales
- Chupones sobrantes
- Retoños de raíz
- Poda de seguridad. Consiste en la eliminación selectiva de ramas para conseguir los objetivos siguientes:
- Evitar los peligros causados por situaciones evidentes de riesgo, identificables de manera visible en el árbol.
- Dar el espacio suficiente y evitar que el ramaje afecte al paso de peatones, al tránsito de vehículos, a la señalización vertical viaria, edificaciones, instalaciones, etc.
- En la poda de seguridad se puede cortar completamente la rama que molesta o dejar un tira-savia de crecimiento más apropiado.
- Poda de aclareo. Consiste en la eliminación selectiva de ramas o partes de ramas para conseguir alguno de los objetivos siguientes:
- Reducir la densidad y/o el peso de la copa.
- Hacer aumentar la penetración de luz y de aire al interior de la copa.
- Hacer que el árbol ofrezca menos resistencia al viento.
- Potenciar el desarrollo de brotaciones internas más equilibradas.
- El aclareo abre el follaje del árbol, aligera ramas de peso excesivo y ayuda a conservar el porte del árbol. Una disminución controlada de peso puede ser importante en aquellos árboles con una estructura de ramaje débil o con un anclaje del sistema radical inseguro.
- Poda de reducción de copa. Consiste en la eliminación selectiva de ramas o de partes de ramas de un árbol para reducir la altura y/o la anchura. La poda de reducción de copa se lleva a cabo para conseguir algunos de los objetivos siguientes:
- Dar el espacio de seguridad suficiente a la red aérea de servicios o a edificaciones.
- Intentar asegurar la estática de algunas ramas o del árbol entero y evitar peligros.
- Permitir el acceso de luz solar a viviendas, placas solares, etc.
- En cada caso se considerará la capacidad de la especie en cuestión de responder positivamente a este tipo de poda.
- El método más adecuado de reducción de copa para minimizar la aparición de pudriciones es el método inglés.
- Podas de restauración y reformación. La poda de restauración consiste en la mejora de la estructura, forma y aspecto de un árbol que ha sido descuidado. Esta técnica sólo se debe aplicar a grandes ejemplares de elevado valor patrimonial y necesita la intervención de profesionales especializados y un plan de recuperación con seguimiento posterior para poder detectar cualquier cambio y actuar en consecuencia. La poda de reformación consiste en la formación de una nueva estructura a un árbol mal formado, severamente podado, sometido a vandalismo, dañado por agentes meteorológicos, etc., dándole por ejemplo un porte más natural o estructuralmente más robusto. Solamente algunas especies admiten este tipo de poda y en contadas ocasiones.
- Poda en pulgar. Consiste en una poda anual de todas las ramas dejando un pulgar con un determinado y limitado número de yemas laterales. El número de pulgares que se pueden dejar a un árbol, la longitud de éstas y la posibilidad de dejar ramillas laterales dependerá de la especie/variedad de la que se trate, de la forma que se quiera obtener y del espacio disponible. Este tipo de poda se puede hacer con algunas especies de hoja caduca, como por ejemplo Morus o Platanus, y solamente tiene sentido en algunos casos en los que por ejemplo se quiere evitar la producción de frutos molestos o se quiere dar al árbol un tamaño y forma contenidos dentro de un volumen predefinido.
Más información:
Para las cuestiones relacionadas con los criterios de selección del arbolado viario, puedes consultar la NTJ 01V Parte 2: Recomendaciones de diseño del arbolado viario: criterios de selección.