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Decálogo para prevenir y controlar la Legionella en instalaciones de riego aéreo

La Legionela es una bacteria Legionella Pneumophila que vive y se desarrolla en ambientes acuáticos naturales (ríos, lagos, embalses,..), que encuentra un hábitat muy adecuado en sistemas de agua creados por el hombre, que actúan como reservorios, amplificadores y propagadores de la bacteria, que puede colonizar los sistemas de abastecimiento de agua de las ciudades, incorporándose a las redes de agua de los edificios y a otros sistemas que requieren agua en su funcionamiento.

Si se dispersa en el aire y penetra en el sistema respiratorio, puede producir infecciones en el hombre. La infección por legionella, o legionelosis, se presenta en forma de neumonía, que puede producir cuadros graves, o en forma de fiebre de Pontiac, que es una infección no neumónica, con síntomas parecidos a la gripe y de características leves.

Condiciones que deberán cumplirse para que la bacteria infecte al ser humano:

  • Penetración de la bacteria en el circuito de agua: La vía de entrada más común de la bacteria es el agua de aportación.
  • Multiplicación de la bacteria en el agua: La multiplicación de legionela se da en función de la temperatura del agua, de su contenido en otros microorganismos (amebas, bacterias, etc.), así como de la materia orgánica e inorgánica, de las incrustaciones y de los productos de corrosión presentes en el agua. Estos aspectos, en general, están relacionados con la suciedad y el estancamiento del agua. La temperatura del agua para que se produzca la proliferación de la bacteria debe situarse en el rango de 20 a 50°C, y es óptima alrededor de 35 a 37°C. A temperaturas muy bajas la bacteria queda en letargo y vuelve a multiplicarse en condiciones de temperatura favorables. A temperaturas superiores a 70°C la legionela muere. También se puede producir la multiplicación de legionela en el interior de los microorganismos presentes en la biocapa, como las amebas, preferentemente las amebas cloro-resistentes, que facilitan nutrientes y constituyen una barrera que disminuye la eficacia de los desinfectantes ante la legionela.
  • Dispersión del agua contaminada con bacterias al aire: El agua contaminada representa riesgo sólo cuando se dispersa en la atmósfera en forma
    de aerosol (dispersión de pequeñas gotas de agua en el aire). El riesgo aumenta cuando se reduce el tamaño del componente aerosolizado, porque las gotas de tamaño inferior a 5 micras pueden penetrar más fácilmente en los pulmones y, además, permanecen en suspensión en el aire por un largo período de tiempo. El tamaño de las gotas va disminuyendo en el tiempo por evaporación, fenómeno que depende de las condiciones termohigrométricas del aire y de la velocidad del viento.
  • Exposición de los individuos: El riesgo de que se produzca infección y se desarrolle la enfermedad depende de la susceptibilidad de las personas expuestas
    que forman los grupos de riesgo, de la intensidad y duración de la exposición y de la concentración de legionela en el aerosol.

Decálogo para prevenir y controlar el riesgo de legionelosis en las instalaciones de sistemas de riego aéreo:

  1. Controlar la calidad del agua introducida en la red disponiendo y examinando las analíticas correspondientes, y procurando que la calidad inicial no se deteriore.
  2. Reducir al máximo la entrada de sólidos en suspensión, materias orgánicas y nutrientes utilizando los filtros adecuados en todos los lugares donde sea
    necesario.
  3. Evitar la corrosión y las incrustaciones de las tuberías, utilizando materiales plásticos poco rugosos y haciendo limpiezas desincrustantes.
  4. Mantener la temperatura del agua dentro de las tuberías por debajo de 20-25ºC, procurando mantenerla por debajo de 20ºC. Cuando la temperatura
    del agua, al pasar por las tuberías, aumente más de dos grados, se deberá actuar y encontrar soluciones. El correcto enterramiento de las tuberías a una
    profundidad suficiente para evitar la exposición a las radiaciones solares puede ser una opción a tener en cuenta. El enterramiento de una tubería a medio
    metro de profundidad puede hacer que la temperatura se reduzca cinco grados respecto de otra que solo esté tapada.
  5. Evitar tener las instalaciones paradas durante períodos de tiempo largos, donde se pierda el efecto desinfectante de los biocidas utilizados. Se recomienda
    una puesta en marcha semanal de la instalación para conseguir la renovación del agua de las tuberías.
  6. Drenar las instalaciones que hayan sido o vayan a estar mucho tiempo paradas, reduciendo la posibilidad de que las posibles colonias creadas en estos períodos vayan a parar a la atmósfera en forma de gota fina, o evitar la formación de colonias si se consigue mantener las tuberías totalmente vacías.
  7. Evitar la formación de aerosoles y gotas finas ajustando las presiones de funcionamiento a las recomendadas para cada emisor (en sistemas de riego
    aéreo: 200 Kpa para los difusores, y entre 250 y 350 Kpa para los aspersores).
  8. Utilizar siempre que se pueda emisores que aporten agua a baja altura, directamente en el suelo y en gotas grandes.
  9. Reducir el riesgo de exposición de las personas regando exclusivamente en horas de poca afluencia de gente. También se deberán prever barreras vegetales
    que eviten el desplazamiento de las gotas en los lugares con afluencia de gente.
  10. Tener especial cuidado en instalaciones cercanas a lugares con personas de los grupos de riesgo: hospitales, residencias de gente mayor, etc.

Se debe recordar que las fuentes de boca no pueden estar conectadas a las redes de riego, y si lo están, se deberán desconectar. Para las fuentes de boca se recomienda que dispongan de su propio contador y una conexión lo más cercana y corta posible a la red potable, y con la sección de tubería más pequeña posible de manera que sólo dejando correr un rato el agua de la tubería esta se renueve completamente.

En términos generales, en lo que respecta a las fuentes ornamentales con generación de aerosoles, se diferenciará si son con vegetación o sin, se deberá procurar que no estén nunca paradas y llevar a cabo las limpiezas oportunas de los vasos.

Por lo que respecta a los nebulizadores, nunca se deberá coger el agua de depósitos previos, se deberán conectar siempre directamente a la red de agua potable.

A pesar de todo lo que se haga, es preciso decir que el riesgo cero no existe y que por el momento todavía no se ha encontrado una solución definitiva al riesgo de la legionelosis.

¿Necesitas más información?

Consulta la NTJ 16L Prevención y control de la proliferación y diseminación de legionela en instalaciones del sector de la jardinería y el paisajismo. Las especificaciones de esta NTJ se basan en el marco legal y normativo de la prevención y control de la proliferación y diseminación de legionela en instalaciones del sector de la jardinería y el paisajismo y, por otra parte, describen detalles técnicos que desarrollan y facilitan la prevención en el sector de la jardinería y el paisajismo. Dirección técnica: Joaquim Bosch Bosch, ingeniero técnico agrícola y Joaquim Llorente López, ingeniero técnico agrícola.

También te puede interesar:  Guía técnica para la Prevención y Control de la Legionelosis en instalaciones, del Ministerio de Sanidad.

Con la colaboración de:

CPL - Control de plagas y legionela

CPL – CONTROL DE PLAGAS Y LEGIONELLA S.L. es una empresa especializada en Gestión Ambiental e Higiénico Sanitaria de edificios e instalaciones de diversa índole. CPL pone a disposición de sus clientes una amplia gama de servicios profesionales especializados. De este modo, ofrece soluciones de alto valor añadido y máxima solvencia técnica, contando para ello con un equipo humano altamente cualificado.

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